top of page

Paliza en el boliche: sangre y descontrol (Crónica Policial)

  • Por Gaspar Chavarría
  • 29 nov 2015
  • 7 Min. de lectura

Otro episodio de violencia nocturna. Este es el caso de Mateo, un joven de 15 años que salió a bailar al boliche bailable Molino Rojo con sus amigos, dispuesto a pasar un buen rato, la noche del domingo 11 de Octubre.

Ya es casi común en los adolescentes trasnochar a más temprana edad de la requerida, (menores de 18 o 16) y beber alcohol, y en la mayoría de los casos esta consumición está aprobada de forma directa o indirectamente por los padres. Directa cuando desde el principio se les permiten ingerir bebidas alcohólicas a los jóvenes en sus casas o en el lugar de encuentro. E indirectamente cuando no se lo expresan verbalmente pero son conscientes que sus hijos consumirán. Pero ahora, ¿estos padres son conscientes de las actitudes de sus hijos bajo el efecto del alcohol? ¿Son conscientes de los daños en el cuerpo del joven?

La previa

Mateo se juntó a “previar” con sus amigos en una casa, autorizados por los dueños. Todos menores de 18 años, pero algún que otro amigo tenía más de los 16 requeridos para ingresar a los boliches bailables. Después de unas horas se dirigieron, bajo el efecto del alcohol, a Molino Rojo donde pasarían el resto de la noche. Algunos se movilizaron en taxi o remis, y otra parte del grupo de amigos, a pie ya que la casa donde se juntaron no se encontraba a una distancia importante del lugar.

Cientos de jóvenes de la ciudad de Villa Carlos Paz y alrededores, como puede ser San Antonio de Arredondo, repiten esta “rutina” cada fin de semana, durante todo el año. Cada vez ingresan jóvenes más chicos a los trasnoches, esquivando el control policial de la entrada. La mayoría se la ingenian consiguiendo documentos de conocidos mayores que presenten características similares, y con tan solo unos momentos de estudio, se memorizan el documento entero. Otros, alteran los datos de su propio documento mediante programas en la computadora, o manualmente con los útiles que pueden encontrar en su cartuchera para llegar a la edad requerida. Ambos casos mencionados anteriormente, cabe destacar, son ilegales y van contra las leyes. Alterar el documento es un delito y con la identificación de un documento alterado, el policía responsable puede proceder a llamar a un móvil para retener al adolescente en la comisaría, donde tiene que ser retirado por los padres obligatoriamente.

Además consumen alcohol. Doble falta en los jóvenes. Son pocos los adolescentes que cuando salen a bailar a los boliches, no ingieren alcohol. Son más pocos los que directamente no quieren consumirlo, ya que el resto que no toman son porque se turnan por fin de semanas con los amigos para ser el consciente y responsable del grupo. Dentro de todo lo malo, algo bueno. Mucho más seguros están los jóvenes con el chico que no consumió nada de alcohol como conductor, que los que están a manos del borracho al volante. Miles de accidentes en todo el país fueron producidos principalmente por muchachadas inconscientes por tanto alcohol en su sangre que decidieron de todas formas subirse al auto o a la moto y manejar igual.

Hay que dar cabida también a la venta ilegal de alcohol a menores de edad. ¿Qué conocimiento tiene la gente sobre la Ley 24.788? Esta es la ley que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad. Cada vez son más los negocios que van contra las normas judiciales y permiten la venta de sustancias a menores. La respuesta más lógica ante esto es la gran cantidad de ganancias que le proporciona a la tienda vender alcohol, sea quien sea la persona que desea comprar. Estamos en un mundo que se mantiene sobre la idea de generar ganancias cueste lo que cueste, sin importar las consecuencias en los demás, algo para beneficio propio y no comunitario. Se comenzó una fuerte iniciativa contra esta venta ilegal hacia menores, que busca instalar el hábito o la costumbre de pedir documentos antes de vender cualquier bebida. Esta campaña nacional tuvo grandes resultados en los dueños de los negocios ya que más del 80% se comprometió a pedir documentos a los que quisieran comprar alcohol.

Al ingresar al boliche bailable, Mateo se encontró con muchos conocidos y amigos en igual de condiciones que su grupo de amigos. Un rato más tarde la noche de Mateo y sus amigos cambió rotundamente.

La pelea, primera parte

Entre alcohol, malentendidos y una furia descontrolada, se desató una paliza. El malentendido se produjo cuando Mateo se encontraba bailando con la novia de un conocido de él. Sí, se conocían, ya que Mateo estuvo casi todo el verano pasado (2014-2015) juntándose con el hermano menor de ese muchacho. El agresor, Lautaro, malinterpretó las intenciones de Mateo y lo atacó con un puñetazo que le dio en el ojo. El joven se defendió como pudo, al ver la situación Jerónimo, hermano del mayor que golpeaba a Mateo, se metió en la pelea para ayudar a su familiar a golpear también al chico.

Por suerte, en esta situación si pudo intervenir la guardia de Molino Rojo, que procedió a sacar a los dos agresores nombrados anteriormente. Se rumoreaba la ruptura de tabique proporcionada por Mateo hacia Lautaro, pero al día siguiente se desmintió completamente por su hermano menor, Imanol, por una llamada en Skype. “Lauti no tiene nada en la cara, solamente un botón arrancado de la camisa”.

Y vino la segunda parte

Sin embargo, la expulsión de los hermanos del boliche tendría otras consecuencias para Mateo esa misma noche, la bronca en el ambiente seguía. Amigos de Lautaro y Jerónimo, querían vengar la expulsión de sus compañeros del boliche. Uno de ellos, Gastón, fue el primero que encaró al joven y lo amenazó de que si Mateo no confesaba quién había sido el culpable de la expulsión de sus amigos, recibiría las consecuencias. Luego procedió a golpearlo con un puñetazo en el ojo, el cual Mateo no pudo resistir y se cayó al piso. Este momento fue aprovechado por otro amigo de Gastón, que saltó a ayudarlo con patadas y puñetazos. Puños y patadas en la cara y en el abdomen. A patadas le tumbaron un diente y le quebraron un pómulo, de las otras hinchazones se encargaron las trompadas.

Desmintiendo las publicaciones en varios diarios de Villa Carlos Paz, “joven golpeado por una patota de muchachos de 25 años”, los datos que se brindaron sobre las edades de los agresores no son ciertas. Los hermanos que primero golpearon al menor tienen 19 años, Lautaro, y 16, Jerónimo, tan solo un año más que Mateo. Acerca del lugar del hecho, la información difundida también es falsa. Muchos diarios publicaron que los agresores esperaron fuera del boliche bailable Molino Rojo a Mateo, para brindarle la golpiza en plena vía pública, cuando en realidad toda esta trágica experiencia sucedió dentro del establecimiento nocturno.

Ni la sangre que brotaba del adolescente impidió que se frene la golpiza. Quebradura de pómulo y un diente abajo. Podría haber terminado mucho peor, literalmente. La fuerza bruta de los mayores de edad podría haber acabado con la vida del adolescente que, sin piedad, no dudaron en golpearlo hasta que se les antojo. La pregunta que surge, es obvia, no hace falta ni escribirla. Pero no, nadie sabe dónde estaban los guardias ni los policías en esta segunda parte de la pelea, tampoco alguien que actúe de intermediario para darle un final a la patoteada.

Los testigos

Comenta Humberto, uno de sus amigos presentes de la paliza, cómo se fue desarrollando todo. “Estábamos bailando tranquilos, cuando se empezó a formar una ronda alrededor de Mateo y otros 2 más. Nos empezaron a alejar para atrás cada vez más hasta que nos separamos bastante de Mateo, mientras veíamos como los dos tipos le pegaban. Mateo se cayó pero le siguieron pegando, patadas y puños, todo.” Cabe destacar la multitud de gente que se encontraba allí en el boliche Molino Rojo esa noche, estaba casi lleno. “Nosotros no podíamos hacer nada, me metía yo y me mataban ahí nomás”.

Otro testigo indicó que "la escena del crimen parecía una producción de un director de cine. Parecía una simple mentira, era como un río de sangre que pasaba por al lado de la entrada del boliche, curiosamente cerca de donde se encuentra el primer guardia, como hay en cada boliche bailable nocturno, que pide las entradas y custodia el ingreso".

En un momento todo terminó, y se llamó de inmediato a la ambulancia. Mateo fue retirado del lugar por unos amigos hasta una sala de Staffs de Molino Rojo. Facundo y Valentín, otros amigos de Mateo también presentes del hecho, fueron quienes lo trasladaron a Mateo hasta un lugar más seguro. ”Yo le veía la cara y no le podía diferenciar el ojo del cachete, de la boca ni de la nariz, era toda piel o carne hinchada que no paraba de sangrar”, nos contó Facundo al recordar esa traumática experiencia. También nos relató que conoce a los encargados de la administración de Molino Rojo por eso pudo contactarlos para que les permitan aguardar a Mateo hasta que lo auxilien. Llamaron rápidamente a la ambulancia de urgencias y difundieron la noticia a su madre.

Versiones y desmentidas

Mateo fue trasladado al Hospital Sayago, donde estuvo internado durante 12 horas aproximadamente. Las fotografías y la información más acertadas fueron brindadas por la madre de Mateo que lo acompañaba en su recuperación dentro del Hospital Sayago. Se filtraron imágenes del rostro destrozado del joven, donde era evidente la caída del diente y la hinchazón en los pómulos y ojos de la cara. Lo más importante es que se pidió respeto hacia el mismo joven y la familia sobre la idea de difundir el retrato de Mateo en las redes sociales. Los amigos más cercanos de Mateo recibíeron información más reciente y confiable gracias a Benjamín, el hermano menor de Mateo, por medio de la red social WhatsApp en un grupo.

Otra historia para contar en su vida, pero muchos paréntesis y preguntas que no se respondieron. Lo inevitable es la propagación de distintos rumores que circularon por toda la ciudad. ¿Es verdad que los agresores ya conocían y se habían relacionado con Mateo? ¿Los nombres que circulan son verdaderos? Evidentemente sí, ya nombrado anteriormente, Mateo había pasado gran parte del verano pasado juntándose con el hermano menor de Jerónimo y Lautaro, los primeros agresores, entonces en algún momento de sus juntadas, sus caminos se debieron cruzar.

¿En verdad nadie vio nada? De jóvenes sí, hubo muchos espectadores. Pero refiriéndose a alguna autoridad que fuese capaz de intervenir en la golpiza, al parecer no, se llevó a cabo como si nada.

¿Por qué la familia no denunció? Muchas versiones hay sobre esta situación. La madre de Mateo está a cargo de sus hijos, ya que su marido se encuentra en el Sur del país por cuestiones laborales. La información sobre la decisión de la madre en no hacer la denuncia no es certera, pero se dice que al día siguiente recibió una llamada de amenaza, por eso no fue con las autoridades policiacas.

Al día siguiente, Mateo pudo contactarse con sus amigos más claramente donde contó en carne propia la noche vivida contada anteriormente. Se mostró con de buen ánimo y humor a pesar de la trágica experiencia.

Los jóvenes identificados que estuvieron involucrados en este episodio esa noche del 11 de Octubre, tienen la entrada restringida a cualquier evento dentro del boliche Molino Rojo, aunque el tiempo que durará tal restricción es indefinido.

Comments


Featured Review
Tag Cloud

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

  • Grey Facebook Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey Google+ Icon
bottom of page