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Y todo por una mujer... (guión teatral)

  • Por Ayrton Bruno
  • 30 nov 2015
  • 6 Min. de lectura

-Aún recuerdo aquellos días en que todo era amor, oscuridad, soledad y lágrimas .Los recuerdo latentemente. Debe ser porque hoy en día no he dejado de llorar viendo como el amor me ciega dejándome sangrando en la oscuridad en eterna soledad. Me cuesta pensar que lo he perdido todo, mil veces, una y otra vez. Y todo por amor, todo por una mujer, una mujer que me hizo sentir tan lleno como vivo, llenándome de motivos para vivir y alejándome del suicidio. Pero a su vez sentía todo lo contrario a la felicidad, todo lo contrario a vida, disfrute, tranquilidad y amor. Mi mente… mi mente me tortura de mil maneras, es mi peor enemiga; crea visiones de cosas que en realidad no pasan, aunque no quiere decir que no puedan pasar. Infidelidad... ¿qué peor castigo para quien está locamente enamorado que una dosis letal de engaño? Y de ahí mis visiones, de ahí mis paranoias y situaciones imaginarias que me torturaban. Hablo en pasado, porque ahora estoy solo, sin ninguna mujer, sin ninguna señal de amor, mas solo queda el dolor del vacío que ella dejo en mi corazón.

-Fue una mañana en la rutina diaria del colegio, mi compañero estaba con su amada y me pidió que le permita entrar a mi sala donde yo lloraba en notas y acordes de un viejo piano. Accedí sin ningún dilema. Mientras ellos demostraban su amor entre besos abrazos risas y caricias yo deprimía el piano creando música, donde en cada nota se reflejaba un fragmento de mi alma. Casi de sorpresa noté que había alguien mas en aquella sala, una cuarta persona, parada al lado míos sin prestarme demasiada atención. No diré su precioso nombre, solo diré que era compañera de la amada de mi compañero. Diré, que es la niña mas bella que mis ojos hayan apreciado alguna vez. Cabello oscuro como el fondo de mi corazón, sonrisa brillante que iluminaba mi rostro como un amanecer, ojos tristes y tiernos como mi alma y voz dulce y suave como el paraíso prometido. ¿Cómo no enamorarme? No sé cuál será su ideal de perfección, no sé que debe tener una persona para enamorarse en primera vista. Pero yo perdí la razón en aquella fracción de segundo; pero la pude recuperar lo suficientemente rápido como para responder aquella pregunta: ¿te parece linda? Respondí tan calmado y sutil como pude. Asintiendo con la cabeza y diciendo que si. Sin darle demasiada importancia todos nos fuimos. Paso el día y ya a la noche recibo un mensaje (ya se podrá imaginar mi cara de feliz cumpleaños, ¿no?). Resulta que esta niña quería hablarme pero no se animaba, así que yo debía tomar la iniciativa. Siendo que fui y soy antisocial me ponía nervioso el hecho de comenzar una conversación, pero aun así, lo hice. En cuestión de minutos hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida, como si ambos congeniáramos, como si estuviésemos hechos el uno para el otro. En esos momento, las cosas eran así.

-Al día siguiente ella vino a la sala, debo admitir que los nervios me comían por dentro, pero aun así ese día fue nuestro primer beso. Fue algo extraño, pero aún así fue beso más tierno de todos y ella me lo dió. Era tan tierna, tan dulce conmigo. Claro, con alguien así, lo peor que podía pensar era en perderla. Poco a poco me reveló nuestro mayor parentesco.... que tenía una mente suicida, aunque no tan profunda como la mía, que entre la iglesia y sus padres ella era muy reprimida y por lo tanto nuestro amor no podía ser público. Además los besos eran limitados, que absurdo. Pero aun así, estaba muy enamorado, no quería perderla por nada en el mundo. Así fue como empecé a pensar que valía mucho para mí. Olvide mencionar que mi autoestima rozaba y roza el fondo del infierno; jamás me veré digno de recibir un trato como el que ella me dio. Pero igual no soportaba la idea de perderla, y mucho menos de verla en brazos de otro. Fui y soy celoso, pero con ella me pasé. Se lo demostraba demasiado y me tiraba abajo en cada momento, en cada situación me veía poco para ella. Quizás sea mentira, o verdad no se pero, si se que le molestaba, aunque me di cuenta tarde de mi error, sin poder enmendarlo. Y ahora, mi querido espectador, empieza la parte lúgubre de esta historia.

-Apenas habían pasado tres semanas y cuatro días cuando recibí aquél horrible mensaje. No podía tener novio, no podíamos seguir compartiendo aquel amor, ya no mas. Recuerdo como mi alma fue desgarrada en dos en aquel momento, recuerdo como las lágrimas me quemaban las mejillas y como mi mente murió de mil maneras diferentes. Nada pude hacer, solo resignarme a aceptar la cruda y cruel realidad, aguardando a un milagro que jamás llegaría. Fue cosa del tiempo, no hablarnos y hasta mirarme con odio. Sin entender el porqué me limité a hacer lo mismo que ella, ignorarla, reprimiendo ese sentimiento de amor profundo que hasta el día de hoy me dejó marcado.

-Creyendo que me había dejado obligadamente encontré la verdad detrás de todas sus mentiras; estaba con otro. Qué vacio, qué dolor, qué agonía sentí y aun siento al escribir/recitar estas líneas. ¿Por qué mintió? ¿Por qué se fue? Esas preguntas me atormentan aun 4 meses después. Sin encontrar respuesta alguna, acudo a navajas y música que deprime mi alma al punto de llorar sangre por medio de mi piel. Duele pensar que rompí la promesa que le hice, pero si ella ya no está, ¿Qué motivos tengo? Su ausencia duele, su indiferencia mata. Pero aunque en su momento sentí bronca y dolor, hoy estoy llorando por ella. Anhelo volver a probar esos labios y revivir lo que algún día fuimos, lo que algún día hizo que mi vida valiera la pena. Le comento como me enteré de aquel cruel engaño. Estaba en twitter, una red social que no soy de usar mucho, pero que me servía para ver cómo estaba ella. Y así encontré, aquellos mensajes tiernos y llenos de amor dedicados a las iniciales "F.C". No eran mensajes de amistad. no eran mensajes comunes, ese "F.C" era especial para ella, era lo que yo no fui... Me decidí por buscar quien era el propietario de esas iniciales, aunque sin esperanzas de saber. Apreté el primer nombre que salió y la suerte estuvo de mi lado. Ese pedazo de hijo de ... Tiraba mensajes similares con las iniciales del nombre de quien alguna vez fue mi princesa. Pido disculpas por la agresión hacia aquel afortunado mejor que yo. Aunque seguro usted entiende este sentimiento de ira, de lo contrario ya se habría levantado e ido. Admito que insulté. los insulté a ambos con rabia, con dolor, con desesperación y furia. Pero lo peor es que cuando ese impulso violento desaparece, la agonía seca el cuerpo en lagrimas y en la mente resuena una simple y destructiva pregunta: ¿qué m... hice mal? Una y otra y otra vez. Hasta que el hecho de no encontrar respuesta alguna se vuelve costumbre y termina por quedarse en una cicatriz que nunca desaparece.

-Pasó tiempo y temporalmente me olvidé de ella. Me engañé al pensar de que eso "ya fue". Pero la vida es ponzoñosa y te hace volver a recordar. Resucita aquellos sentimientos que uno ya cree muertos. Todo recomenzó con una preguntita: ¿qué hubiera pasado si hoy seguiríamos juntos? Eso nunca lo sabré. O quizás sí, pero nunca lo viviré. O quizás sí, pero no ahora. O quizás sí, pero no creo. A ella ahora se la ve feliz sonriente... Aunque noté que cuando pasa cerca mío se pone a hablar con alguien, camina rápido y me da la espalda. Es ahí donde reside mi moribunda esperanza: Si ya no le importo, ¿porque me da la espalda y reacciona igual que una persona que siente vergüenza? En diciembre festeja sus 15 años, celebrando el ritual que se celebra al coronar a alguien como una legítima princesa; fuaaa mire esa expresión! soy todo un poeta jajaja. Bueno, retomando, he estado planeando ir a su fiesta y por medio de un intermediario entregarle una carta y un regalo. Donde quede plasmado todo esto que siento al contarle esta anécdota. Y si siente algo por mí, estoy seguro de que algún acercamiento voy a lograr. O quizás haga el ridículo, quede mal y me quiera pegar un tiro. Pero decido tomar ese riesgo!

Mire a donde llegué a estar, mire que llegue a sentir y todo por una mujer, una mujer que me hizo sentir tan lleno como vivo, llenándome de motivos para vivir y alejándome del suicidio. Pero que luego me provocó todo lo contrario a la felicidad y que hoy me hace sentir muerto pero esperanzado!

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