La danza como terapia emocional
- Por Micaela Assenza
- 1 dic 2015
- 10 Min. de lectura
INTRODUCCION
“El verdadero mensaje de la danza abre los horizontes de la vida para todos los que tienen la necesidad de expresar la belleza sin otro instrumento que sus propios cuerpos, sin aparato y sin depender de otros que el espacio de cualquier cosa”

Ruth St. Denis
“Mi duelo se ha convertido en danza”
Patti Smith
Varios estudios e investigaciones llevados adelante a nivel mundial, citan a la danza como una actividad sumamente beneficiosa para el organismo humano en sus diferentes estadíos, fases y edades.
En el siguiente informe procederé a comentar el efecto de la danza en las personas realizada como actividad física y también como de relajación diaria, para prevenir el estrés o como método para deshacerse de sentimientos negativos o sufrimientos.
Mi objetivo es evaluar comparativamente el efecto de la danza terapéutica en el control del estrés productivo.
DESARROLLO
El ESTRÉS. Actualmente se utiliza mucho esta palabra pero, ¿Qué es el estrés realmente?
Según el Dr. Antionio Cano Videl de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, en el ámbito de la psicología, el estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los cuales nos encontramos en situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, en las que puede agotar sus recursos de afrontamiento de la misma. Esta situación comienza ante un conjunto de demandas que recibe el individuo a las cuales debe otorgar una respuesta adecuada, aplicando sus recursos de afrontamiento. Cuando esta demanda es excesiva frente a los mismos, el individuo desarrolla una serie de reacciones negativas tanto físicas como emocionales (cambios fisiológicos, reacciones emocionales, cambios en las conductas, etc.). Se lo conoce como un estímulo o la situación que provoca un proceso de adaptación en el individuo. La ansiedad, la ira y la depresión pueden ser consideradas como reacciones de estrés.
Otros especialistas suelen nombrar al estrés como una interacción entre las características del estímulo y los recursos del individuo que se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas y los recursos de tolerancia y afrontamiento.
Los elementos a considerar en un potencial estresante son: las variables situacionales (las situaciones de la vida cotidiana del individuo, por ejemplo, el ámbito laboral), las variables individuales y personales (las diferentes personalidades y capacidades de afrontamiento de cada persona) y las consecuencias posteriores del estrés.
Existen diferentes métodos para aliviar esta situación tales como: escribir, reírse, expresar los sentimientos personales de cada uno, realizar ejercicios de relajación o alguna actividad física. Pero al hablar de actividad física nos referimos a muchísimas formas de realizar movimientos con el cuerpo. Al comentarlas nos podemos referir a: actividades aeróbicas (de alto o bajo impacto: combo, cardiofunk o step trining), caminar, correr, nadar, trotar, realizar deportes, saltar la cuerda, andar en bicicleta, rollers o skate, realizar labores de jardinería o tomar clases de danza.
Actualmente, la danza y el baile se han vuelto muy novedosos y populares en la sociedad.
La danza es un arte, en donde no se utiliza un lenguaje hablado o escrito. La danza se manifiesta en una expresión corporal con una impronta de carácter. La misma, transmite emociones, sensaciones y sentimientos a quien sea el espectador. El carácter es la manera en la que un bailarín (quien realiza estos movimientos), afronta un papel a interpretar. Las emociones, sensaciones y sentimientos que cada persona tiene en su vida cotidiana, permite diferentes interpretaciones, personales y con identidad propia.
La danza desde tiempos remotos ha formado parte de muchas culturas en miles de países y ha sido un exponente muy importante para la humanidad formando parte de la historia, las costumbres y lo cotidiano de los individuos
Cada estilo de danza que identifica a una determinada región, comunidad o país se denomina danza pura o folclórica. A este arte inmemorial, se lo ha utilizado con diversos fines: artísticos, culturales, de entretenimiento y/o religiosos.
En el siglo XX, se desarrolló un nuevo estilo de baile: la Terapia de la Danza y el Movimiento. Es una modalidad terapéutica interdisciplinaria que combina el arte del movimiento con la ciencia de la psicología. Una combinación de las teorías y psicoterapias psicodinámicas con la psicología del arte y del proceso creativo, además del uso social, espiritual y curativo de la danza.
El panorama histórico de la danza utilizada con fines terapéuticos, recorre una visión de la misma otorgándole importancia al campo del estrés y el uso de distintas estrategias del arte en los tratamientos tradicionales.
Desde el principio de la historia, muchas culturas arcaicas realizaron primitivamente este uso en su vida y su relación social haciéndolo como curación por medio del ritmo, los rituales grupales y el trance a través del movimiento. Se manifestó con una periodicidad de tradición en lo habitual de muchas culturas.
En esos tiempos, durante actividades grupales e individuales, se utilizó también a la danza como terapéutica, integrando la música, el ritmo y el movimiento corporal
Hacia el año 1940, surge en Estados Unidos la Dance/Movement Therapy. Marian Chace fue la primera persona en llevar a cabo esta actividad con pacientes psicóticos. Su objetivo primordial fue establecer una relación de equilibrio entre el arte y la psicología.
En 1966 la American Dance Therapy Association (ADTA) surge como tarea de reconocer a la danza como un tratamiento efectivo para personas con discapacidades médicas, sociales, físicas o psicológicas.
La danza moderna tuvo un gran impacto para los primeros psicoterapeutas en danza-movimiento ya que bailarines y profesores utilizaron sus experiencias y capacidades para crear ideas coreográficas y artísticas, centrándose en la expresión emocional y técnica de la misma.
El baile en sí, es una actividad muy poderosa y eficaz para manejar el estrés. A nivel emocional, sirve como un medio de expresión para liberar las emociones tóxicas que causan el estrés y ansiedad. También aumenta la producción de endorfinas en el cuerpo, las hormonas de la felicidad, las cuales se las considera un antídoto natural contra el mismo.
Razones para la utilización de la danza terapia:
Beneficios terapéuticos y psicológicos:
Permite desinhibirse y liberar tensiones, ayudando con cualquier tipo de depresión que pueda causar el ritmo ágil de una vida cotidiana.
Incrementa la capacidad de fuerza de voluntad y autocontrol.
Disminuye la ansiedad, el estrés, la agresividad y la depresión.
Estimula la creatividad.
Mejora la memoria.
Se presenta sobre todo, una minoración en el humor.
Ayuda a conciliar mejor el sueño.
Canaliza la adrenalina.
Ayuda a expresar emociones.
Se verá un incremento de la calidad de vida, mostrando mejoras en las posibilidades físicas de cada persona, produciendo paralelamente una seguridad mayor en la autoestima.
Mejora la capacidad de socialización con otras personas, aumentando los temas de conversación y las relaciones sociales.
Aumenta la actividad del cuerpo en tiempos libres.
Genera una sensación de libertad, felicidad y sinceridad con uno mismo, contra produciendo el sedentarismo.
Repercusiones negativas de la actividad física
El abuso de actividad física sin planificación ni vigilancia puede ser destructivo. Genera envejecimiento celular prematuro, desgaste abrupto emocional y físico, un debilitamiento del sistema inmunológico, elevaciones peligrosas de la presión arterial y como consiguiente una sobrecarga del corazón, entre otros efectos.
Para obtener los beneficios de la danza, debemos ser conscientes y constantes en la práctica de esta actividad física controlada y planificada ya que con el paso del tiempo y la información, en la sociedad, hay más gente que se une a este nuevo tipo de arte y escogiéndolo por sus beneficios físicos y mentales.
Métodos de medición y control
Desde hace varios años, para mejorar y controlar el rendimiento físico y deportivo, se ha incorporado al mercado monitores cardíacos, llamados también pulsómetros, cadiómetros o frecuencímetros.
Hay de diversos tipos y marcas. Sus funciones incluyen: la toma de pulso, el consumo de calorías, el registro del trabajo realizado y su transferencia a la PC para poder ser analizados.
Los precios son muy relativos y muchos de ellos están avalados por el Anmat de Argentina (es una certificación médica que indica que poseen precisión de electrocardiograma).
Los equipos constan básicamente de 2 partes: una banda pectoral ergonométrica la cual puede venir con pila incorporada o con recambio de baterías, y un reloj que recibe toda la información de la banda por radiotelemetría.
La señal es monitoreada cada 2, 3 o 4 segundos dependiendo de la calidad del pulsómetro; es como un electrocardiograma en ejercicio.
Estos nuevos dispositivos permiten un mejoramiento en el rendimiento deportivo o para rehabilitaciones, respetando los valores de frecuencia cardiaca que hayan sido indicados. En personas que no posean ningún tipo de disfunción cardiovascular, pueden comenzar a utilizar este tipo de dispositivos mediante una fórmula usada por los deportistas, lo que le permitirá obtener la máxima frecuencia cardiaca posible.
Lo óptimo sería realizar una prueba de esfuerzo llamada ergometría y fijar la máxima frecuencia que puede ser soportada por cada persona.
La fórmula para varones es la siguiente: 220 - edad = máxima frecuencia cardiaca.
La fórmula para mujeres es la siguiente: 226 - edad = máxima frecuencia cardiaca.
Cuando se obtiene la frecuencia cardiaca máxima, se pueden conseguir los siguientes objetivos:
Bajar de peso (60 a 70 %)
Mejorar capacidad aeróbica (70 a 80 %)
Precauciones
Al tener más de 40 años o enfermedades patológicas se recomienda ser sometido con anterioridad a un correspondiente examen médico, que determine si puede realizar cualquier tipo de actividad física, incluyendo la danza terapia de menor intensidad.
La actividad física debe suspenderse ante toda situación patológica aguda, como puede ser una insuficiencia cardiaca, una descompensación diabética, una insuficiencia coronaria, etc. En estos casos es contraproducente y agravante en la situación.
Contraindicaciones para hacer ejercicio
Pueden ser de dos tipos: Absolutas y relativas
Las absolutas:
Infarto agudo de miocardio en los 3 y 5 primeros días.
Angina inestable.
Arritmias sintomáticas no controlables.
Endocarditis activa.
Estenosis aórtica severa sintomática.
Insuficiencia cardiaca sintomática no controlable.
Embolia o infarto pulmonar agudo.
Infección.
Insuficiencia renal.
Tirotoxicosis.
Pericarditis y miocarditis agudas.
Las relativas:
Trombosis de extremidades inferiores.
Hipertensión arterial o pulmonar intensa.
Miocardiopatía hipertrófica.
Alteraciones mentales que impiden la colaboración.
Alteraciones electrolíticas.
Estenosis valvular cardiaca moderada.
Estenosis del tronco izquierdo coronario.
También se debe consultar a un médico si se presenta o se padece de lo siguiente:
Mareos o respiración cortada.
Dolor o presión en el pecho.
Una sensación de que el corazón está palpitando acelerada o agitadamente.
Coágulos sanguíneos.
Una infección o fiebre acompañada de dolor muscular.
Pérdida de peso no planeada.
Lesiones en el pie o los tobillos que no sanan.
Hinchazón de las articulaciones.
Una retina desprendida o que está sangrando, una cirugía de ojos o un tratamiento de los ojos con rayos láser.
Una hernia.
Una cirugía reciente de cadera o de espalda.
Consejos preventivos
A continuación presentaré algunas recomendaciones para asegurarse de que está realizando ejercicio de la forma adecuada:
Comience a realizar la actividad física de forma pausada, especialmente si no ha estado activo por mucho tiempo. Vaya aumentando poco a poco las actividades y el esfuerzo que ejerce al hacerlas.
No aguante la respiración durante los ejercicios de fortalecimiento. Esto podría ocasionar cambios en la presión arterial. Al principio le puede parecer incómodo, pero lo correcto es inhalar mientras levanta algo y exhalar a medida que se relaja.
Use calzado adecuado para la actividad.
A menos que su médico se lo haya limitado, asegúrese de tomar suficiente líquido cuando esté haciendo ejercicio (preferentemente agua).
Inclínese siempre hacia delante desde la cadera y no con la cintura. Evite doblar la espalda: si su espalda se mantiene recta, es porque probablemente se está inclinando de la manera correcta.
Caliente los músculos antes de hacer ejercicios de estiramiento.
Bailar no debe doler ni dejarlo excesivamente cansado. Es posible que sienta un poco de molestia, incomodidad o agotamiento, pero no dolor.
Para evaluar la eficacia de este nuevo estilo de terapia y actividad física: danzaterapia, se han llevado a cabo variados estudios, investigaciones y cuestionarios en diferentes partes del mundo como los siguientes:
Suecia:
Anna Duberg en la Universidad de Örebro (Suecia), llevó a cabo en el Hospital Universitario de Örebro un estudio titulado “Influencing Self-rated health among adolescent girls with dance intervention” (“Influencia en el estado de salud autoevaluado de niñas adolescentes mediante una intervención basada en el baile”), publicado por la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine. Se propuso investigar si el baile y la danzaterapia podría influir en la salud de las adolescentes. En la experiencia participaron 112 niñas de entre 13 y 19 años con problemas de ansiedad, depresión o fatiga, con dolores de cabeza, espalda, cuello y hombros. Las participantes se dividieron en dos grupos aleatoriamente: en uno se incorporaron 59 niñas que asistieron a clases de baile y en el otro se incluyó a 53 niñas que no modificaron sus hábitos. La intervención consistió en una clase de baile de 75 minutos de duración, dos días por semana durante ocho meses, y su objetivo fue lograr una diversión mediante el movimiento.
Tras ocho meses realizando la actividad, las jóvenes sometidas al estudio mejoraron su estado de ánimo, su autoestima y la capacidad para enfrentarse a los problemas diarios, además de ver reducidos sus síntomas psicológicos. Las niñas que practicaron el baile mejoraron su salud en mayor medida que el grupo que no llevó a cabo las prácticas. También mostraron una participación elevada y una experiencia positiva para las adolescentes que interiorizan sus problemas. Según las conclusiones, la práctica del baile podría considerarse una estrategia adecuada para prevenir y tratar el decaimiento del ánimo y la depresión. Aumentó la autoestima y la capacidad para enfrentarse a los problemas en las jóvenes. Y el efecto emergió ocho meses después que terminaran las clases de danza. El 91 % de las niñas del grupo que acudió a las clases consideró que el estudio supuso una experiencia positiva.
Argentina:
Gabriela Contesso realizó un estilo de movimiento terapéutico en Villa Carlos Paz llamado antigimnasia o antigym. La actividad basada en movimientos de posiciones por medio de la fuerza natural del cuerpo, consistía en poner música lenta y relajada para atenuar los pensamientos, siguiendo los distintos ritmos. La música era escogida por la profesora de la actividad.
La antigimnasia no es una terapia, ni un deporte, ni una actividad deportiva. El profesional dirige las sesiones de grupo sin imponer determinadas posturas ni manipular de ninguna manera a sus clientes.
“Se tienen en cuenta los pensamientos y las emociones de cada persona en su dia. Se respeta mucho las condiciones de cada uno” comentaba Gabriela.
Se utiliza mucho como relajación muscular y liberación del estrés. Libertad, alivio y relajación fueron las palabras utilizadas por esta joven, para describir las sensaciones que produjo en ella la antigimnasia.
CONCLUSIONES:
A partir de lo expuesto anteriormente, es importante:
Tratar de prevenir el estrés y la ansiedad con tratamientos saludables y eficaces como la danza o la danzaterapia.
No realizar actividad física sin un conocimiento del cuerpo de cada persona, ni chequeos médicos con anterioridad.
No abusar de la ejercitación para prevenir cualquier inconveniente físico.
Preferiblemente utilizar métodos de control de la actividad física realizada.
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